sábado, 12 de agosto de 2017

EL CAPITAN LEYZAOLA,la "FANFARRONERIA" QUIERE SALVAR a CANCUN"...lo brutal y beligerante abona pero no resuelve.


Entre los organismos de seguridad hay estrellas, así como las hay entre los miembros del crimen organizado, y Julián Leyzaola es una de ellas. El que alguna vez fuera considerado uno de los policías más duros de México, recientemente fue llamado a dar asesoría para ayudar a mejorar la decadente situación de seguridad en Cancún, la meca del turismo. ¿Pero podrá él —Y estará dispuesto— a repetir sus despreciables métodos en una zona costera llena de turistas extranjeros, o su nombramiento no es más que una fanfarronada de relaciones públicas?
Leyzaola, un coronel retirado del ejército, se desempeñó como director de la policía de Tijuana y Ciudad Juárez durante algunos de los peores años de violencia en la actual guerra contra las drogas en México. Se le atribuye haber logrado invertir las tasas de homicidios, inseguridad crónica y criminalidad durante su gestión en ambas ciudades fronterizas. Como una figura muy conocida en México, a menudo llegó a ocupar los titulares, el más memorable de los cuales se dio cuando fue atacado por hombres armados mientras se encontraba sentado en su automóvil en Ciudad Juárez (tras su período como jefe de la policía), una agresión que lo dejó postrado en una silla de ruedas.
Sus logros en materia de seguridad en Ciudad Juárez y Tijuana tuvieron un alto costo. Leyzaola se ganó la reputación de usar métodos brutales y beligerantes para alcanzar sus objetivos. A su llegada a Tijuana, le dijo a la prensa: "si los carteles sólo entienden el lenguaje de la violencia, entonces vamos a tener que hablar en su idioma y aniquilarlos".
En una reseña sobre Leyzaola en el New Yorker, el periodista William Finnegan relató un episodio particularmente perturbador: "Al llegar a la escena de un tiroteo donde uno de sus hombres había muerto, [Leyzaola] golpeó en la cara el cadáver del sicario de un cartel". Según el autor, durante la administración de Leyzaola murieron más policías que durante los cinco años anteriores.
En una entrevista telefónica con InSight Crime, Mike Vigil, agente retirado de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés), quien vivió varios años en México, comparó a Leyzaola con Joe Arpaio, el controvertido sheriff del Condado de Maricopa, Arizona.
"Violó todos los derechos humanos fundamentales […] Muchas personas fueron a la cárcel sin haber hecho nada", dijo Vigil, refiriéndose a Leyzaola, quien se negó a dar una entrevista telefónica para este artículo.
Leyzaola llegó a Ciudad Juárez en marzo de 2011, después de lo cual hubo un drástico descenso en los homicidios. Durante los siguientes dos años, la asombrosa tasa de diez homicidios diarios disminuyó a cerca de uno por día. Antes de eso, se le acreditaba el hecho de haber "limpiado" a Tijuana y a su corrupta policía, básicamente nombrando exfuncionarios del ejército en altos cargos. Bajo su administración, entre 2007 y 2010, las tasas de homicidios, que habían llegado a más de 800 en 2008, disminuyeron constantemente a niveles que en ese momento eran bajos en comparación con otros municipios de la frontera norte.
Pero en sus dos períodos como director de la policía abundaron las acusaciones de violaciones a los derechos humanos, como el uso de la tortura durante los interrogatorios. Y al comparar las cifras de arrestos durante un par de años en Juárez se observa una diferencia importante: en enero de 2011, la policía detuvo a 1.462 personas por presuntos delitos menores, pero hacia julio de 2012, después de un año de la gestión de Leyzaola, dicha cifra era de 13.568.
Como suele ocurrir cuando la violencia disminuye, es difícil determinar si la disminución en la violencia fue una respuesta directa a los métodos de línea dura de Leyzaola, o si tuvo más que ver con el eventual surgimiento de un actor criminal dominante. Mientras fue director de la policía en ambas ciudades, la violencia se dio en gran parte por conflictos territoriales entre carteles rivales —el Cartel de Sinaloa y la Organización Arellano Félix en Tijuana, y el mismo Cartel de Sinaloa contra sus antiguos aliados, el Cartel de Juárez, en Ciudad Juárez—.
Pero la experiencia de Leyzaola le otorga una posición privilegiada para hacer frente a los asuntos de seguridad que están causando estragos en la ciudad de Cancún. Incidentes violentos, como balaceras en clubes nocturnos, y cuerpos arrojados en exclusivos bloques de apartamentos, se están volviendo cada vez más comunes. Algunos informes señalan que la llegada relativamente reciente de la violencia relacionada con el narcotráfico, que es tan común en otras regiones del país, está marcada en esta ciudad por la agresiva expansión del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y su enfrentamiento con el Cartel de Sinaloa por el dominio de la región. Otros atribuyen la violencia a los enfrentamientos entre Los Zetas y un cartel nuevo e independiente. 
"Si los carteles sólo entienden el lenguaje de la violencia, entonces vamos a tener que hablar en su idioma y aniquilarlos".
Pero independientemente de la causa del actual derramamiento de sangre, hay algunas razones por las que es probable que el impacto de Leyzaola sea mínimo.
Dada la importancia de Cancún y la alta presencia de turistas extranjeros en la ciudad, el gobierno federal de México ya se ha involucrado en el control de la seguridad y envió al ejército este año. Sin embargo, fue Remberto Estrada, presidente municipal de Benito Juárez, un municipio en el área de Cancún, quien convocó a Leyzaola. El poder que Leyzaola tenga para presentar y poner en práctica sus planes dependerá en gran medida de su relación con el gobierno federal, no con las autoridades locales, y del margen de maniobra que se le permita. Ya hay indicios de que las tropas federales y la policía están liderando la persecución de los capos locales.
Pero aunque Leyzaola descubra que es capaz de ejercer una fuerte influencia, se puede ver maniatado por la calidad de las fuerzas de policía locales.
"El podría recomendar estrategias, pero si la policía local es muy corrupta, dichas estrategias no van a ser muy eficaces", dijo Jorge Chabat, profesor de estudios internacionales en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en una entrevista telefónica con InSight Crime.
Algunos miembros de la comunidad entrevistados por Bloomberg tienen una mala opinión de la calidad de las autoridades locales —tanto de los policías como de los políticos—. El agente inmobiliario Carlos Mimenza le dijo a la agencia de noticias que las autoridades "son responsables de la propagación de la violencia y la extorsión, pues están coludidas con los carteles de la droga del país, en lugar de proteger a los empresarios como él".
Además, a Leyzaola le será más difícil que sus tácticas de mano dura sean aceptadas por los dirigentes de Cancún, a diferencia de lo que ocurrió en Tijuana y Ciudad Juárez, sencillas ciudades de frontera muy distintas al lujo de los altos edificios de Cancún. La adopción de una policía de mano dura en la ciudad tendría más proyección e impacto internacional, lo que podría ser un factor negativo tanto para los negocios como para la violencia relacionada con las drogas.
Por otro lado, Chabat cree que los mexicanos no le ven muchos inconvenientes a las violaciones de los derechos humanos en la lucha contra el crimen: “Cuando se trata de personas involucradas en actividades criminales, a la gente no le importa. Quieren ver resultados. [Los derechos humanos] no son un factor que les preocupe mucho".
Pero, según los analistas, cualquier logro que pueda obtener Leyzaola sería sólo a corto plazo.
"Si no hay una reforma para combatir la impunidad, el crimen organizado seguirá activo", dijo Chabat.
México ha convocado anteriormente a importantes gurús de la seguridad, como el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, y el director de la policía colombiana, el general retirado Óscar Naranjo, para que ayuden a solucionar el problema de la violencia. Pero Vigil cree que traer especialistas exitosos no es el camino a seguir, y que ellos no tienen la posición o el poder para hacer los cambios fundamentales que se requieren para tener un impacto real.
"En lugar de contratar [a Leyzaola], lo que realmente necesitan hacer es cambiar la sensación de total impunidad", dijo. "Los criminales [de México] sienten que pueden hacer cualquier cosa y no pagar por ello".
Fuente.-

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