lunes, 21 de noviembre de 2016

"NO,la MATAZON NO PARA en el PAIS"...tan violento el remedio como la enfermedad.

Imagen.-Internet

Han de estar desesperados en el gobierno. Cualquier noticia menos que catastrófica les parece tabla de salvación. La semana pasada, al tratar de refutar un reporte del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), el Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, presumió de una caída de 6% en el número de homicidios dolosos en octubre con respecto a septiembre.

El dato es correcto. Así lo muestran las más recientes cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP): mil 976 carpetas de investigación por homicidio doloso en septiembre, mil 860 en octubre, 5.8% menos.
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Por desventura, se trata de un dato básicamente irrelevante. En 2015, sucedió lo mismo: en la serie del SESNSP, los homicidios disminuyeron en octubre con respecto a septiembre. ¿Señal de un descenso sostenido? No del todo. El total de octubre de 2016 fue 37% mayor al del mismo mes de 2015.
Pero, además, resulta que la caída no fue caída: en el conteo de Inegi, los homicidios crecieron 6% en octubre de 2015 en comparación con el mes previo.
El hecho central es que 2 mil 90 personas fueron asesinadas en octubre. Eso equivale a 67 víctimas por día, casi tres por hora, una cada 21 minutos ¿Algo mejor que en septiembre? Sí: el mes pasado, fue una víctima cada 20 minutos. Descorchen la champaña.
Se trató, asimismo, del cuarto mes consecutivo con más de 2 mil víctimas de homicidio. Eso no sucedía desde mediados de 2012. Al cerrar octubre, ya se rebasó el total anual de víctimas de 2015. En la trayectoria actual, vamos a terminar el presente año con aproximadamente 4 mil a 4 mil 500 muertos más que el año pasado. 
En la cuenta de Inegi, el total anual va a ser apenas inferior al de 2012 (25 mil 967 víctimas). La tasa de homicidio va a andar sobre 21 por 100 mil habitantes, no muy distinto al nivel de 2012 (22 por 100 mil habitantes).
En ese contexto, concentrarse en la variación de mes a mes y, más aún, atribuírsela a una política del gobierno es a la vez miope y temerario. Miope, porque la serie mensual es muy ruidosa, no permite ver con claridad la tendencia y lleva por tanto a conclusiones incorrectas. Temerario, porque cuando venga un incremento de homicidios contra el mes previo (y les aseguro que eso va a suceder en algún mes no muy lejano), el gobierno se va a tener que tragar el costo completo.
Para el comisionado y su jefe, el secretario de Gobernación, tal vez sería más provechoso discutir menos con el ONC u otras organizaciones de la sociedad civil y pelearse más con los gobernadores y los fiscales que no hacen su trabajo. La semana pasada, el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdés, se aventó la siguiente puntada: “Tenemos dos delitos que nos hacen aparecer con mucho temor que es el de los homicidios dolosos, pero eso se circunscribe a gente que anda en actividades ilícitas, el 90 por ciento de los casos se da con la gente que anda en malos pasos… Cuando ocurre que hay gente víctima que no está metida, pues hay la investigación por parte de nosotros”. Olviden por un momento la pregunta obvia (¿cómo saben que es “gente que anda en malos pasos” si no hay investigación?) y pongan la mirada en el dato central: en Sinaloa, según declaración de su gobernador, sólo se investiga uno de cada diez homicidios.
Con toda probabilidad, Sinaloa no es el único integrante del club de los negligentes. En México, la mayor parte de los homicidios no son investigados y, por tanto, no son sancionados. Mientras eso no cambie, la matazón va a seguir, seis por ciento más o seis por ciento menos.
Fuente.-@ahope71

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