sábado, 25 de julio de 2015

Quien es la MANO DERECHA del CHAPO ?


«La velocidad del jefe es la velocidad del equipo»
  Lee Iacocca .

En los últimos días se han difundido muchas imágenes del túnel utilizado por Joaquín Guzmán Loera para escapar del penal del Altiplano. A través de las transmisiones observamos el bien construido subterráneo: “la mayor obra del sexenio”, dicen algunos burlones. ¿Quién será el efectivo director de operaciones que ejecutó con tanta precisión las órdenes del líder del Cártel de Sinaloa? 
Lo más probable es que el señor Guzmán tenga —por lo menos— una mano derecha, una persona de toda su confianza quien lo apoya en tareas tan importantes, precisas, prudentes y secretas como requieren el trasiego de drogas, el lavado de dinero y los planes de escape de un reclusorio de máxima seguridad. «Se necesitan dos piedras para hacer fuego», previene L. M. Alcott. 

Gran eficacia tendrá el operador de don Joaquín. Más, si consideramos la fama de los servicios relacionados con la construcción: albañiles que llegan tarde porque amanecieron crudos, sindicatos amañados que exigen cuotas para seguir edificando, permisos del municipio, “incentivos” económicos para que conecten la luz y el agua, poca mano de obra calificada y muy, muy importante, retrasos en los tiempos de entrega. Con todo, al colaborador de “El Chapo” nada lo detuvo. Si lo dejan unos días más, hasta pantallas planas con Sky habría colocado. Ya nos dirá Manpower dónde encontrar ejecutivos tan fieles y cumplidores. 
En la historia, la literatura y el cine encontramos entrañables y más positivos ejemplos de complicidades: Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y el Doctor Watson, Batman y Robin (¡y Alfred!), Tintán y su carnal Marcelo, Viruta y Capulina, Shrek y el burro. Por si alguien aún subestima la relevancia de los equipos. 

El “CEO” Joaquín Guzmán, como lo han nombrado algunos medios de comunicación, tiene buenos colaboradores. El éxito de su empresa no solo radica en la solidez de la marca, innovación y uso de tecnología de punta, omnipresentes canales de distribución y calidad del producto; también el reclutamiento de sus colaboradores es estratégico. ¡Esos sí son recursos humanos valiosos! ¿Ya estarán las escuelas de administración estudiando el caso?
Como bien lo expuso Daniel Blancas en La Crónica de hoy, el poder del Cártel del Pacífico no disminuyó durante la estancia de Guzmán Loera en la cárcel. Por el contrario, el grupo consolidó el posicionamiento a través de sus células: los Mayos, los M, los Ántrax, Fuerzas Especiales de Dámaso, los Coronel, los Cabrera Sarabia, Gente Nueva, los Salazar, los Dámaso y los Flores Cacho. ¡Qué barbaridad! Todo un grupo de directores generales impulsando la organización. ¡Cuántas corporaciones —especialmente las públicas— serían imparables con la solidez de estas lealtades! El éxito de “El Chapo” y su grupo es tal que hasta asesoría le han solicitado para componer la línea 12 del Metro. 

Aunque desafortunadamente para actividades ilícitas, tal vez Joaquín Guzmán y su organización asimilaron importantes ideas sobre el trabajo bien articulado. Por ejemplo, que «la fortaleza del equipo es cada miembro individual. Y la fortaleza de cada miembro es el equipo», decía Phil Jackson. En la misma línea, el fundamental papel del líder, pero también de quien —en un segundo nivel— da vida a las ideas del jefe. Porque todos quieren mandar, un buen perfil de “segundo de a bordo” es imprescindible y difícil de encontrar. 

Aunque más de alguna enseñanza de alta dirección nos dejan las Industrias Guzmán, la organización del Cártel de Sinaloa únicamente fue pretexto para pensar la importancia de los equipos. La ironía de estas líneas es evidente. El narcotráfico y la corrupción son nocivas actividades que deben enfrentarse. Venenos sociales cuyo combate, además, mantiene grandes áreas de oportunidad. 

Fuente.-

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